sábado, 6 de octubre de 2018

Joven con sentimientos homosexuales pide a los obispos que protejan la doctrina católica sobre sexo



Avera Maria es una joven católica, que quiere crecer en santidad y cercanía al Señor, con la doctrina que protege la Iglesia

Avera Maria Santo es una joven católica de Estados Unidos, de 22 años, que escribe en un blog acerca de su sentimientos de atracción hacia otras mujeres, sus reflexiones sobre Dios, el amor y la familia y la sabiduría de la enseñanza católica al respecto. Su blog se llama "Inside my Holy of Holies" ("Dentro de mi Santo de los Santos"), con el subtítulo "No me llames gay, llámame católica".

En el blog, con formato "Carta abierta", ha exhortado a los obispos reunidos en el Sínodo de los Jóvenes para que “de ninguna manera” intenten cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre sexualidad.

A Avera Maria le molesta que grupos de activistas de ideología LGTB intenten utilizar el sínodo como vehículo para cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre los sentimientos de atracción por el mismo sexo.

“Como alguien que no solo ha crecido en la Iglesia, sino que también ha llegado a amarla a ella y a sus enseñanzas, odiaría que sus enseñanzas se modifiquen de alguna manera, especialmente de una manera que podría causar un daño tan grave”, dijo al inicio de su misiva.

"Que se mantengan las enseñanzas buenas, verdaderas, hermosas"

“Deseo entonces –continuó Maria Santo– poner mi corazón desnudo y compartir con ustedes una parte de mi historia y mis convicciones, queridos obispos de la Santa Iglesia Católica, y suplicarles que mantengan las enseñanzas de la Iglesia sobre la homosexualidad, buenas, verdaderas y hermosas”.

La joven les recordó que “no hay nadie en esta tierra que no sea llamado a una vida de castidad; eso incluye a mis hermanos y hermanas que experimentan atracciones del mismo sexo”.

La vida en Dios y en santidad

“Esto no es porque la Iglesia sea opresiva y quiera que seamos miserables y pasivamente sumisos a ella, sino porque todos y cada uno de nosotros estamos invitados a entrar en la vida divina de nuestro Creador, una vida donde ningún pecado puede permanecer”, explicó.

Cuando personas con discursos LGTB piden “la libertad de amar a quien quiera” no reconocen que “las cosas que podemos desear no siempre son buenas para nosotros”.

“Yo quería estar en una relación del mismo sexo. El deseo era abrumador a veces, hasta el punto en que no podía ver otra manera de pasar el día. Pero ahora sé, por las buenas y misericordiosas enseñanzas de Dios a través de su Iglesia, que tal relación dificulta no solo mi libertad de amar auténticamente, sino también mi capacidad para alcanzar la santidad”.

“Yendo un paso más allá, estar en una relación así podría, en última instancia, impedirme pasar la eternidad con mi único amor verdadero, Jesús”, narró Maria Santo.

Cada uno carga su cruz, como Cristo

La joven pide a los obispos que cuando escucha que “su cruz de atracción a personas del mismo sexo es demasiado pesada como para amarla”, “no es simplemente degradante, sino una mentira” porque Jesús la llama a hacerlo.

“Dios no me abandonó cuando el hombre pecó por primera vez en el principio, y no me abandonará ahora. Él me ha llamado a mí, y a todos y cada uno de nosotros, para Sí mismo, y tengo la intención de volver a Él, sin importar cuán pesada sea mi cruz”, concluyó.
 
ReL  06 octubre 2018

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