miércoles, 25 de marzo de 2015

¿Reprimir los impulsos sexuales hace daño?

No eres una olla de presión sino que estás aprendiendo a controlar tu “naturaleza”


¿Cuántas veces, quienes intentamos vivir la castidad, hemos escuchado a otros decirnos que es antinatural e incluso peligroso “reprimir los impulsos sexuales”? “¡No deberías “reprimirte” porque es dañino!” Quienes eso dicen, se sienten avalados por una teoría psicológica muy antigua de la cual poco o nada saben. Nosotros mismos nos sentimos intimidados cuando se nos dice algo así, y nos podemos terminar creyendo el discurso de que “no es bueno reprimirte”, o si no, no sabemos qué responder.

C.S. Lewis, hombre dotado con una claridad mental excepcional, tuvo a bien aclarar algo que es necesario entender: cuando dices NO y pones límites a otros y a ti mismo/a, cuando por un conjunto de principios eliges rechazar algunos de los deseos o impulsos de tu propia naturaleza, no estás en peligro de crear una represión como si tú fueses una olla de presión que tarde o temprano estallará, sino que estás aprendiendo a controlar tu “naturaleza” (en el sentido del deseo natural) para poder orientar y dirigir todas tus fuerzas y energías hacia un solo objetivo: amar y ser amado de verdad y para siempre. ¿Qué dice Lewis sobre lo que el común de la gente entiende por “represión”?

«La gente a menudo entiende mal lo que la psicología enseña acerca de las “represiones”. Nos enseña que el sexo “reprimido” es peligroso. Pero “reprimido” es aquí un término técnico: no significa “suprimido” en el sentido de “negado” o “resistido”. Un deseo o un pensamiento “reprimido” es uno que ha sido arrojado al subconsciente (generalmente a muy temprana edad) y ahora puede hacerse presente en la mente sólo en una forma disfrazada e irreconocible. Para el paciente, la sexualidad reprimida no parece ser para nada sexualidad.

Cuando un adolescente o un adulto está ocupado en resistir un deseo consciente, no está tratando con una represión ni está en el menor peligro de crear una represión. Al contrario, aquellos que seriamente están intentando ser castos están más conscientes, y pronto saben bastante más acerca de su propia sexualidad, que ningún otro.

Llegan a conocer sus deseos como Wellington conocía a Napoleón, o como Sherlock Holmes conocía a Moriarty; como un cazador de ratas conoce a las ratas o un plomero sabe de cañerías rotas. La virtud —incluso la virtud intentada— trae luz; la permisividad trae niebla.» (Mero Cristianismo)

Decir NO, poner límites claros, aprender a dominar tus impulsos, NO ES REPRESION en absoluto.

Un ejemplo puede ayudarnos a entender mejor todo este punto: ¿Es “represión” dominar a un potro salvaje, ponerle freno y brida, para hacer de él un campeón en las carreras, en el salto, un fiel compañero en todo tiempo? ¿Es represión ponerle freno y brida a tu propia naturaleza cuando te pide seguir sus impulsos? No dominar tus impulsos solo te llevará a arruinar tu vida y la de otros. El dominio propio, en cambio, te llevará a las grandes victorias. ¿No lo vemos en tantos atletas que “se reprimen” para lograr un puesto entre los mejores?

P. Jürgen Daum

Artículo originalmente publicado por La Opción V
sources: La Opción V

No hay comentarios:

Publicar un comentario