viernes, 25 de agosto de 2017

La Revolución del Género

por Santiago Benavidez
No creamos que éste título es un nuevo capítulo de la serie de Game of Thrones, o House of Cards. Ambas series son distintas, pero tienen algo en común, son ficción y no escapan de eso.
En su famosa novela de utopía negativa, Un Mundo Feliz, escrita en los años ‘30, Aldous Huxley logra anticipar acertadamente con una profunda sensibilidad e ingenio lo que sería el mundo durante el siglo XXI, pero no logra mencionar una “nueva revolución” que se está llevando a cabo por los hombres hoy en día. Y a muchos de nosotros se nos escapa de la realidad, pasando bajo nuestras narices.

Esta revolución se encuentra liderada por Prometeo, tratando de adueñarse de la imagen del hombre contemporáneo. «Es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura» ((S.S. Benedicto XVI, Discurso navideño a la curia romana, 21/12/2012)).

¿Por qué él y no otro?

Protagonista de la mitología griega, Prometeo es un Titán protector de la civilización humana, amigo de los hombres, que logra robarle el fuego a Zeus (dios griego) y dárselo a los hombres para que se desarrollen y alcancen la felicidad. Finalmente el “dios de todos los dioses” castiga a Prometeo encadenándolo.

Hoy en sus filas, se encuentran algunos hombres que quieren robar un “nuevo fuego” a Dios: el de ser creador.  Resonando en sus oídos aquella voz: “serán como dioses”, proponen una batalla radical: separarse de Dios, para finalmente proclamarse como el “nuevo dios creador”.

A pesar de los miles de años, ésta forma de pensamiento prometeico resurge, quiere tomar venganza y trata de llevarnos a pensar que el hombre es más fuerte que Dios, y así apartarnos de su comunión de Amor.

¿A dónde quiero llegar con esto?, voy al punto….

Hace poco compré la revista de National Geographic, la edición especial sobre la llamada: “Revolución del Género” cuya portada mostraba un grupo de jóvenes indicando a qué género pertenecían.

En un primer momento, pensé que se trataría sobre la dificultad que están pasando estas personas, y el sufrimiento por la incomprensión y dolor por no encontrar su identidad, y una posible respuesta para poder ayudarlos. Fue una gran desilusión.

Al leer la revista me fui dando cuenta que había una intención explícita de naturalizar ésta realidad con el siguiente lema: “Si quieres respuestas sinceras sobre la forma como el género determina el destino de una persona, pregúntales a los niños de nueve años de todo el mundo”.

Detrás de la palabra “género” muchos se imaginan que es solo otra manera de referirse a la división de la humanidad en dos sexos (masculino y femenino). Pero no nos engañemos, detrás del uso de ésta palabra se esconde una ideología. Busca proponer una manera de pensamiento que haga salir de ésta estructura dual, estableciendo una igualdad total entre hombre y mujer, sin considerar las naturales diferencias (anatomía, naturaleza, etc.). Piensan que las diferencias son resultado de la cultura y la época de una sociedad. Como toda ideología, es totalmente reductivo. Es evidente que no toda diferencia es mala, ni mucho menos. El hombre y la mujer tienen sus propias particularidades, que tienen que ser puestas al servicio del otro, para alcanzar un enriquecimiento mutuo. No quiere decir que lo femenino sea menor que lo masculino, sino simplemente diferentes.

Sin considerar lo anterior, la llamada “Revolución de género” propone la lucha entre el sexo masculino y el femenino, rebelándose contra las construcciones culturales, dejando a la libertad de cada uno el tipo de “género” al que quiere pertenecer. Cada uno “crea” la dimensión sexual de su personalidad, lo que esta ideología llama “orientación sexual”, y por tanto la sociedad debe articularse, no alrededor de la dualidad hombre/mujer, sino en torno a la “diversidad de orientaciones sexuales”, todas ellas igualmente valiosas y relevantes en cuanto expresión de la autonomía de la persona.

Hoy se han definido más de 50 tipos de géneros (nombro algunos explicados en la revista): Agenero, Andrógino, Cisgénero, Conformidad de género, Género binario, género fluido, Genderqueer, Intersexual, No Binario, Queer, Transexual, Transgénero, bigénero, homosexuales, bi-sexuales, pansexuales, heterosexuales, etc. ((Revista National Geographic. Pag 7. Cada una tiene su propia definición)).

“Cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera” (Gn 2,19)

Luego de la creación del hombre, Dios lo invita a ponerle nombre a todo lo creado (animales, plantas, aves), así el hombre es creador de cultura. Pero luego del pecado original la razón del hombre queda nublada, y encuentra problemas para encontrar la Verdad y volver a la comunión Divina.

Luego de la caída de Berlín existieron en el mundo dos principales ideologías: la Marxista y la Capitalista. Hoy, empobrecidas ambas, surge en el hombre un renovado afán por hallar la verdad instaurando un nuevo tipo de ideología: la de género. Como una vez dijo un Obispo español utilizando una acertada comparación, “la ideología de género es una metástasis del marxismo”. El propio Karl Marx realizó su tesis de doctorado tomando como tema el mito de Prometeo, y segundo, porque en vez de ser una lucha de clases, (como él proponía durante el siglo XIX y XX), es una lucha entre sexos.

Esta no solo bebe de las fuentes del marxismo, sino también de una corriente filosófica: el estructuralismo, cuyos principales pensadores son Althusser y Foucault.

Pero…. ¿Qué es el estructuralismo?: Para explicarlo de manera sencilla, para ésta corriente el lenguaje, las definiciones, las palabras, son fruto de construcciones sociales y no derivadas de la esencia del objeto o persona. Para dar un ejemplo: cuando pensamos en la palabra mesa, pensamos en un mueble formado por un tablero horizontal, sostenido por uno o varios pies.

Un estructuralista, pensaría que la definición de mesa es una construcción social y cultural. El lenguaje es mutable. Como el lenguaje es una construcción de las personas, puede deconstruirlo y volver a armar otra definición. Por lo cual mesa, podría no ser un mueble sostenido por uno o varios pies, sino un animal, por ejemplo.

Si nos ponemos los lentes de un estructuralista y nos aproximamos a la sexualidad humana, podríamos crear definiciones. La revista redefine el concepto género: “El término género ha evolucionado, diferenciándose de la palabra sexo para expresar que los roles de la mujer y del hombre, son construcciones sociales sujetas a cambios” ((ONU cumbre de Pekín 1995. Referencias en la Revista National Geographic: “Vivir en la India fue una revelación porque entendí que había lenguajes antiguos que no tenían género, no había él o ella” Pág. 3.)).

A simple vista, podríamos no distinguir las diferencias entre género y sexo pero ¿Por qué sería un riesgo ésta definición?, al mencionar que los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambios, es una forma políticamente correcta de decir: el género masculino o femenino es un rol o un personaje teatral, supeditado a ser cambiado. Provocando el riesgo de pensar que el sexo biológico no determina el género de la persona.

Si se quedaron sorprendidos y todavía tienen dudas vayamos al campo biológico. Les dejo aquí una nueva “desconstrucción” de términos: “los cromosomas sexuales determinan el sexo de un bebé. Los cromosomas XX significan que se trata de una niña y XY de un niño. Es posible ser un individuo XX y en su mayor parte masculino, en términos de anatomía, fisiología y psicología, al igual que es posible ser XY y en su mayor parte ser femenino” ((Allí mismo, pág. 23))

Parten del supuesto que el hombre y la mujer son construcciones sociales, el ser humano nace sexualmente neutral y que luego es socializado en hombre o mujer. Es un pensamiento erróneo, porque niega tener una naturaleza preconstituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano. Niega la propia naturaleza y decide que ésta no se le ha dado como hecho preestablecido, sino que es él mismo quien se la debe crear. El objetivo es muy claro: “deconstruir al hombre”, para “volver a crearlo”

 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó” (Gn 1,26)

Unas de las frases que más me inquietó fue la de un niño de 9 años que decía lo siguiente: “Lo mejor de ser niña, es que ya no tengo que fingir que soy niño”. Leyendo esto, entonces es válido preguntarnos ahora, ¿a imagen de quien soy creado?

Según esta ideología, el ser humano pretende crearse a sí mismo y la voluntad es creadora de la propia naturaleza, intentado que sea a nuestra imagen y no la del Creador.

[pullquote]La historia demuestra que en el pasado el hombre sin relación con Dios ha sido responsable de terribles idolatrías, que le han convertido en esclavo. Buscar la autorrealización que prescinde de Dios, de la “dimensión espiritual y del horizonte trascendente”. Un hombre privado de una relación personal con el Creador, todo lo que es técnicamente posible se convierte en moralmente lícito, cada experimento resulta aceptable, cada política demográfica consentida, cada manipulación legitimada ((S.S. Benedicto XVI, Discurso consejo pontificio Cor Unum 21/01/2013)).[/pullquote]

La ideología de género entra dentro del marco como una “nueva idolatría” que tanto daño está haciendo a la humanidad.

© 2017 – Santiago Benavidez para el Centro de Estudios Católicos – CEC

* Santiago nació en la ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Licenciado en Recursos humanos de la Universidad del Salvador de Buenos Aires. Se encuentra en su segundo año de formación en el Sodalicio de Vida Cristiana. Aficionado al fútbol (Hincha de River Plate).

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